Canciones indelebles
Canciones indelebles
En muchos casos, tendemos a asociar una canción con una película, una serie, un momento que nos impacta, un personaje, una situación. Son instantes memorbles que quedan grabados en nosotros para siempre. Incluso, cuando son canciones que uno conoce previamente, pero no les daba realmente importancia. Sin embargo, luego de que unimos su tonada y letra creando un detonante emocional para nosotros, adquieren otro significado. Y estas combinaciones se mutan a referentes culturales indelebles ¿Quién no asocia “Singing in the Rain” con “Clockwork Orange” de Kubrick, incluso más que la película del mismo nombre con Gene Kelly, como uno de los ejemplos más atemporales?
Hoy, gracias a plataformas como de streaming -tanto de audio como de video- como Netflix, Youtube, Spotify pueden devolverle popularidad previamente inimaginable a una canción, o incluso, gracias a ella, a la carrera y proyección de un artista. Y ni se digan las ventas.
Kate Bush: “Running Up That Hill”
Hoy hablaré sobre tres de estos ejemplos que vienen a mi cabeza, tomando primeramente el más reciente: “Running Up That Hill” de Kate Bush, que renació con una fuerza increible, tras su uso en la cuarta temporada de la exitosa serie de Netflix “Stranger Things”. Me parece realmente increible el impulso que el renacer de esta canción ha impulsado la carrera de la artista británica. Publicada originalmente en el albúm “Hounds of Love” en 1985, siempre fué uno de los hits del álbum, pero a donde ha llegado el día de hoy era inimaginable en aquellos tiempos. Yo me alegro mucho por doña Kate, por quien siempre he sentido gran admiración desde que, gracias a alguien ya fallecido, conocí de su obra por allá de 1986, trayéndome “The Kick Inside”, publicado años antes. Igualmente me alegra que una nueva generación, gracias a esto lleguen a conocer a tan talentosa artista y posiblemente muchos, de los curiosos que por dicha nunca faltan, le entren más profundamente a su discografia. Tengo la impresión de que durante la temporada pasada, se le dió mucha importancia a la pieza “The Never Ending Story” de Limahl -principalmente por su pegajosa melodía, pero ni en sueños alcanzó el protagonismo que la oriunda de Welling ha logrado con una canción que igualmente fue popular hace ya cerca de cuatro décadas, pero como insisto, ahora con alcances estratosféricos.
Badfinger: “Baby Blue”
La canción “Baby Blue” de los galeses Badfinger, banda de triste historia, pese a ser una de las pocas bandas que grabaron con el sello Apple de los Beatles, siempre sonó por ahí. Su publicación data de 1971, siempre estuvo por ahí, en las ondas radiales, y reconocida a traves del tiempo por fanáticos de la música, muchos por seguir a la banda, otros que, como yo la oíamos desde la infancia pero nunca le prestamos realmente importancia al punto de ser de esas canciones que suenan y uno disfruta, pero a uno realmente se puede decir que poco le importaba de quien era o cual era su historia. Y estoy seguro de que como yo, hay muchos. Fue hasta ese domingo en la noche que volví del trabajo a la casa, esperando con ansias ver el descenlace de una de las series que más he disfrutado en los últimos años, cuando sonó esta canción cerrando el capítulo, con una cámara que se alejaba usando una grua y partiendo de la cara del ya para ese momento difunto Walter White. Ese final, con esa canción de fondo, fué realmente épico. De la misma forma, creo que a partir de ese instante, ya cuando oimos esa hermosa melodía, lo que viene a nustro recuerdo, es, inevitablemente “Breaking Bad”.
Stealers Wheel: “Stuck in the middle with you”
Por ahi de 1992, un jóven aspirante a cineasta, presentaba su opera prima, que causaba sensación, por lo brillante de su guión, el uso poco de una narración cronológicamente irregular, y la creación de personajes memorables, cuya aventura giraba en torno a un acto delictivo. Todo esto, por supuesto sazonado con diálogos inteligentes, un constante fluir de crípticas referencias y….divertidisima violencia. Aclaro: la violencia no me parece divertida. Lo que me parece divertido, es el uso tan genial que se le dá en en sus trabajos.
Si, por supuesto, hablamos de don Quentin Tarantino, y su maravillosa “Reservoir Dogs”. Y aquí me remito a una de las secuencias mas memorables (o puedo decir por otro lado, traumática, pero a la vez, que goza con un terrible humor negrísimo), donde “Mr. Blonde”-interpretado por Michael Madsen, y actor que ha repetido su presencia a través de la obra del director a lo largo de los años-, enciende el radio en el almacen donde se esconden y transcurre la mayor parte de la acción, y pone su programa favorito y suena esta canción “Stuck in the middle with you”, mientras le baila burlonamente a un amedrentado e intimidado agente policial, totalmente maniatado, y que, como la mayoría sabemos, no sale nada bien librado de la situación.
Es el momento que, ahora, cada vez que escucho la canción de los escoceses (uno de ellos, y quien canta, es Gerry Rafferty, recordado principalmente por su éxito setentero “Baker Street”, no dejo de sentir una sensación altamente ambivalente: por un lado, un escalofrio y por otro, siempre se me escapa una discreta risita.