Hace treinta y cuatro años se dió en este país algo que pensabamos como un imposible incluso pocos años antes. ¿En qué cabeza cabría por ahi de 1982, por ejemplo, pensar en que Sting se presentaría en algun momento en Costa Rica? ¿O Peter Gabriel? ¿o el mismo Bruce Springsteen con su E-Street Band en toda su gloria y esplendor?
¿Y todos en un sólo lugar por una noche en un mega concierto?
No era, debo aceptarlo, una opción plausible en aquellos días, desde una perspectiva realista. Si, creo que ver a UNO de los mencionados aquí era el sueño de más de uno, pero lo planteado podía sonar esos días más a una utopia, que a algo aterrizado.
Sin embargo, se dió. Yo estuve ahí y les puedo contar.
Para esos días era yo un mae como cualquier otro, que estaba poco tiempo estrenando su primer trabajo, y ganándose su sueldo por primera vez en mi vida. Esos días eran muy tranquilos y libres de preocupaciones y responsabilidades. Estaba yo en el Registro Civil trabajando, y recuerdo que el día que compré la entrada fue en una heladería Mönpik, que estaba en la Avenida Central, y sentí que esttaba comprando una entrada a un concierto (aunque nunca había antes ido a uno de esta magnitud. Mil pesos fue lo que pagué por esa entrada. Pero no importaba: sabía que estaba comprrando la entrada para algo único e irrepetible.
Pero bueno, al final de mi jornada laboral de ese 13 de Setiembre de 1988, decidí abordar junto con mi compañero Ramón, un taxi que nos llevaría al Estadio Nacional, que fue realmente el momento en que empezaría la gran aventura.
Fuimos llegando al Estadio pasadas las 4 de la tarde, aún era de día. Nunca había estado ahí antes -en vista de que para mi, en mi visión de ese momento- ya que para mi un estadio era simplementte un recinto donde se juega futbol y eso es algo que nunca he seguido. Ese día cambió mi perrspectiva al respecto. Me abrió lo ojos de que era un lugar donde si se podían dar actividades de mi agrado.
De un momento a otro, comenzó a sonar “Get up, Stand Up” y estaba relativamente cerca del escenario, cuando voy viendo en vivo y a todo color a Sting y a Peter Gabriel (cosa que me impactó, pues ese era mi mayor ilusión en ese recital: ver a Peter Gabriel. Y el concierto siguió. Ya para ese momento, se comenzaron a sentir los vientos que presagiaban lluvias torrrenciales.
Pero no importaba, en lo absoluto.
Recuerdo que poco tiempo desúés se presentó Youssou N’Dour, de quien sólo conocía una canción con Gabriel (“Shaking the Three”), pero fue tuanis la presentación.
Al rato, se presentó la costarricense Guadalupe Urbina, pero la verdad, de eso no tengo recuerdos, y no voy a narrarles algo de lo cual no me acuerdo en lo absoluto.
Luego apareció Tracy Chapman, cuya música es si bien muy agradable, no es mi género favorito tampoco, pero lo disfruté bastante. Para ese momento la estaba pegando con “Fast Car”. Sin embargo, también interpretó más material de su entonces única produccion para ese momento. Bastante bonito y refrescante, sin embargo, no fue algo que recuerde como muy emocionante, al menos para mi.
Esto si, entre presentación y presentación, pasaban periodos de aproximadamente 30-45 minutos
Despues de esperar, llegó para mi el gran momento. Llegó Peter Gabriel!
Y como todo el rato, estuve empujando hacia adelante, logré ver a Gabriel muy cerca. Claro, ahi si tiró varios de sus éxitos, principalmente muchos de So, que era el album que el tenía mas reciente para ese momento. Recuerdo claramente verlo brincar mientras cantaba “Shock the Monkey” y lo hacia con gran habilidad. También recuerdo bastante emotivo el momento en que interpretó el tema “In your Eyes“.
Fiunalmente, terminó su presentación dedicandola a la memoria de Stephen Biko, activista sudafricano, que fuera arrestado y sometido a tortura por esttar en contra de las terribles políticas del apartheid, muriendo de esta forma en 1977. Dió Gabriel un discurso para poner a la gente en contexto, de que mś que divertir, este era una noche de despertar la conciencia respecto a miles de injusticias que el mundo ha vivido durante mucho tiempo, como consecuencia de regímenes opresores que han irrespetado y pisoteado de forma salvaje, las más básicas formas de dignidad humana. Ese era el objetivo real del concierto.
Es con Biko, de su tercer album (también conocido como “Melt“) lo que cierra el album, y con lo que cerró su presentación.
Pero para ese momento, estabamos por dicha, lejos del temido “Colorín Colorado” de aquella llovida y emocionalmente cálida velada.
Para ese momento, cuando don Peter terminó, que decidí salir, no aguantaba un segundo más del molote y necesitaba aire. Logré salir por delante.No fue nada dificil.
Despues de comer un pedazo de pizza por ahi, y como cerca de unos 40 minutos después salió Sting al escenario. Para este momento, su album mas reciente era “Nothing like the Sun“. Pero eso no fue impedimento para que interpretara algunos temas clásicos de The Police (“Every breath you take“, como era de esperarse), y algunas canciones de su album anterior, “The Dream of the Blue Turtles“. Recuerdo disfrutar de esa parte del espectáculo un tanto alejado de la tarima, viendolo desde distintas perspectivas.
Poco tiempo después me encontré con algunos amigos y me quedé con ellos. Ahi igual vi a Springsteen, pero volvimos a estar cerca, puesto que decidimos volver al “molote”. No recuerdo mucho el repertorio de Springsteen pero si recuerdo que tiró “Dancing in the Dark” -donde repitió el toque que hace en el video de sacar a bailar a una fan del las primeras filas- y “La Bamba“. Pero estuvo bonito.
Ya pare el final de la actividad, saliron todos e interpretaron “Chaims of Freedom” de una forma en la que era imposible no soltar una ambigua lágrima: por un lado de la felicidad, y por otro, por saber que la actividad llegaba con esto a su conclusión.
Les comparto el documental que hizo Amnistía internacional para documentar varios momentos de las presentaciones alrededor del mundo durante la gira, con el fin de que las jóvenes generaciones tengan por lo menos , una idea de lo que se vivió esa noche en San Jose, Costa Rica.
Ya para terminar, si, fue una noche irrepetible, y una de las que más he disfrutado del espectáculo en toda mi vida. Nunca volveremos a ver algo semejante. He tenido la suerte de haber visto muchos conciertos desde ese día, pero ninguno, por más bueno que haya sido, se le acerca ni remotamente a este.
Ese fue, mi primer concierto de rock realmente importante, y nunca lo olvidaré.
Una excelente manera de comenzar mi vida como público de conciertos de Rock, que, a partir de esa noche, puso a Costa Rica en el radar para dichas actividades.