Hace algún tiempo, vi una serie en Apple TV que me encantó, pero no he escuchado a mucha gente hablar al respecto. Pero esto, siento que es por la plataforma en que se transmite: es mucho menor el número de usuarios a Apple TV que a Netflix. Pero es cosa para otro dia. Ahora simplemente hablaré brevemente sobre una serie que me fascinó por su temática y sobre su siniestra premisa, aunque, la mayoría del metraje transcurre en un iluminado y ascéptico ambiente.
Me refiero a “Severance”, producida por Ben Stiller para Apple TV.
Si no sabe de que le estoy hablando, haré un breve recuento: la serie gira en torno al un grupo de empleados de una compañia (lo cuál no tiene nada de extraño o extraordinario) que van a trabajar ahi diariamente. Hasta ahí nos entendemos. El giro del asunto está en el hecho de que para ser contratados, deben aceptar que se les imponga un chip en el cerebro que, impedirá que recuerden su vida fuera de la ofician (durante horas de trabajo), y no recordarán nada de sus actividades laborales cuando estén fuera de la oficina. No voy a entrar aquí que en que repercuciones tiene esta premisa tanto dentro de la oficina como fuera de ella, para prevenir el ya conocido “spoiler” (que tanto odiamos por estas latitudes), sino, más bien, quiero instar a que la gente lo descubra por si misma.
No voy a entrar tampoco en comparar el ambiente (o la filosofía empresarial, creo que sería lo más idóneo en este caso) de la serie con el de empresas transnacionales. No, eso no es la idea aquí. Si mi idea es relacionarlo con otros fenómenos televisivos del pasado. Y el primero que se me viene a la mente, es, por supuesto…
Algo que siempre ha escapado de mi entendimiento, es como una serie que fuese leendaria al día de hoy, con millones de fanáticos fieles en el Reino Unido, para luego atravesar con éxito el Atlántico y triunfar en Estados Unidos y Canadá, nunca se transmitiera en estas latitudes. Yo he hablado con muchas personas al respecto, y son pocos los que saben, y lo saben porque en su momento lo vieron fuera del país. El argumento de la serie es bastante sencillo: un notable empleado una agencia presumiblemente gubernamental y de inteligencia, decide por razones desconocidas (y seguirán siendo desconocidas, pues nunca se revelan, y justamente ese es el meollo del asunto), decide renunciar e irse. Al poner su carta de renuncia, le sigue un Rolls Royce hasta su casa, y cuando está haciendo sus valijas para marcharse, alguien introduce un gas, para drogar a nuestro amigo (de quien jamás sabremos su nombre), el cual cae inconsciente.
Al despertar, se encuentra en una réplica de su habitación, pero al asumarse por la ventana,se da cuenta de que está en un lugar totalmente desconocido. Tras salir a explorar el lugar y lograr hablar con la máxima autoridad visible del lugar -a quien llamaremos de ahora en adelante “Number 2”, y que en la mayoría de episodios es una persona distinta- le pregunta el motivo de su renuncia a la que nuestro protagonista -a quien a partir de ahora llamaremos “Number 6”- este se rehusa a responder. De ahi comienza la cruz de Number 6, pues esta organización no le permite escapar (tiene unos siniestros globos que llaman “Rovers” que evitan cualquier intento de fuga del perímetro, incluso produciendo la muerte del del desertor), y tratando por todos los medios, sonsacarle esa información tan valiosa como lo es la razón de su renuncia. La agilidad física y mental de “Nunber 6”, así como su férrea voluntad y su espíritu que se rehusa a seguirles el juego, pondrá en jaque a las autoridades del lugar (Al que se refieren sus habitantes únicamente como “La Villa”). Su sarcasmo e ironía tambien es un arma usada genial y activaemente contra sus carceleros. A lo largo de 17 episiodios que duró la serie, veremos al personaje luchar contra estos, sin embargo, ya el final, dejó para mi, mucho que desear: Yo esperaba que tuviera otro final. Me hubiera sentido mejor.
Dos investigadores van a un lugar llamado Wayward Pines a encontrar a un agente perdido. Cuando van llegando al lugar sufren un accidente: El protagonista (encarnado por Matt Dillon) despierta en un hospital, buscando la forma de comunicarse con su jefatura. Esfuerzo infructuoso. Ni lo logra via telefono: las línes únicamente, al igual que en La Villa de la historia anterior, sólo funcionan localmente. Tras intentar salir, toma la carretera, solo para darse cuenta de que maneja en círculos, siendo, como Number 6, un prisionero que no puede escapar su carcel. Luego se aclarará el porqué no puede dejar el pueblo. Si bien duró sólo dos temporadas, desde que la conocí, me parecio interesante. No tanto como The Prisoner, pero si, me gusta. Otro detalle interesante está directamente relacionada con su tono: La primera parte es más como The Prisoner, en el sentido de que el protagonista no puede abandonar el lugar, pero a regañadientes se incorpora a la sociedad donde le retienen.
Durante la segunda temporada , al aclarse el misterio, y la razón por la que todo ocurre, me parece más emparentada con elementos distópicos, y con una ciencia ficción más clásica. Incluso, el ritmo de la narración y su tono cambia totalmente. Es una total lástima que Fox decidiera cancelarla al finalizar su segunda entrega, pues se vuelve adictiva durante su duracióon, aunque repito, sean evidentes las diferencias conceptuales entre ambas temporadas.
Ahora bien, volviéndo a “Severance”, me parece una idea mas terrible que las dos mencionadas previaemente. ¿Porqué? Porque en el caso de The Prisoner o de Wayward Pines, la carcel es física: es un area, es un lugar del cuál los personajes no pueden escapar. En el caso de “Severance” hablamos de algo peor: la carcel está dentro de sus propias cabezas: Una vez que termina su turno, son libres de retomar sus vidas, sin embargo al regresar al trabajo, son forzados a olvidar su existencia más allá de esas cuatro paredes. Incluso, no pueden renunciar, si lo que no quieren es dejar eso. No pueden, simplemente.
Esta idea me hace recordar un episodio de lafacilmente olvidable “Twilight Zone” de los ochentas, donde habian unas cárceles los prisioneros estaban en camas, obligados a repetir ad eternum la escena del crimen por la que estaban encerrados. Me parece que el protagonista de esta historia era Lou Diamond Phillips, recordado mayormente por su papel de Ritchie Vallens en “La Bamba”. Y sé que existen algunos otros ejemplos que en este momento se me escapan.
Sin duda, estas cárceles mentales, me parecen muchísimo más escalofriantes que la reclusión en 4 paredes. Y sus posibilidades en el mundo real, me parecen horribles. Pero bueno, eso es tema para otra reflexión.